En primer lugar, ubiquémonos conociendo ligeramente a la persona de San José: es conocido como Patriarca, Confesor, Esposo de la Santísima Virgen María y Patrón de la Iglesia Universal. Significado de su nombre: Dios salva. Su apodo: el Santo silencioso. Su nacimiento: fecha desconocida en Belén de Judá. Su fallecimiento: antes del inicio de la vida pública de Jesús en Nazaret de Galilea. Es venerado en: la Iglesia Católica y en la Iglesia Ortodoxa. Su festividad se celebra: el 19 de marzo en el rito romano, el domingo siguiente a la navidad en el rito bizantino, el 3 de enero en el rito mozárabe y el 1 de mayo San José obrero (fiesta del trabajo). Sus atributos: por antonomasia, con el niño Jesús en brazos; vara florida, con azucena o nardo; cayado y serrucho de carpintero. Patronazgo: Iglesia universal (declarado por el papa pío IX en 1870). Países que lo tienen como patrono: Austria, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Italia, México, Nueva Zelanda, Panamá, Perú y Vietnam. Personas y situaciones en las que se le reconoce como patrono: protector de la familia cristiana, carpinteros, emigrantes, viajeros, niños por nacer; por antonomasia, es el «patrono de la buena muerte» por atribuírsele haber muerto en brazos de Jesús y María.
Con motivo de los 150 años de la declaración de San José como patrono de la Iglesia universal, el Papa francisco exalta las cualidades y la grandeza de San José. Al respecto Manuel Ruiz Martínez-Cañavate sintetiza: “José amó a Jesús con corazón de padre –“patris corde”-. El Santo Padre nos regala esta declaración para iluminar una cualidad que puede pasar desapercibida ante la grandeza de José. Y es que el gran Santo nos demuestra que Dios “puede actuar a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades y de nuestra debilidad”. Es ésta una característica notable, pues es reflejo de que la grandeza de Dios con frecuencia se revela precisamente valiéndose de la pequeñez. Tenemos que estar atentos”. El año Santo de San José va del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021. Para realizar la obra de la salvación Dios quiso valerse del hombre mismo, porque como nos dice San Agustín “Quien te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Y por ello para enviarnos al Señor Jesucristo a cumplir la obra de la salvación, Dios quiso valerse de la Santísima Virgen María y de San José, siervos humildes para hacernos entender que la gracia, el poder y la misericordia de Dios se manifiestan en medio de la fragilidad humana, ya que la fortaleza, el poder y el auxilio nos vienen del Señor. En las reflexiones de forodelavirgen.org/93325/5-lecciones-san-jose, encontramos: “Mientras que los estudios señalan la importancia del papel del padre en el crecimiento varonil de los niños. Hay evidencia de consecuencias graves cuando el padre falta. Entonces llegamos a que la responsabilidad de San José fue apoyar a Jesús en el desarrollo de una identidad masculina de acuerdo a la ley natural. María podría dar a Jesús su cuerpo físico, pero no su identidad varonil. Eso tenía que venir a través de San José. Y debido a su rol en la familia, debe ser el sano modelo a seguir”. Sin lugar a equivocarnos podemos decir que cuando la sociedad ha ido sacando a Dios de su vida, de la familia y de las instituciones y cuando hemos tergiversado la escala de valores, se ha iniciado un caos y una confusión muy seria que nos tiene al borde del colapso. Necesitamos volver Nuestra mirada y nuestro corazón al Señor Jesucristo y asumir en nuestra vida personal, social y familiar la vida y el testimonio de San José. Reflexionemos las cinco lecciones que da san José a los padres de hoy: 1. Dar el ejemplo con la acción: “Ser un ejemplo a través de la acción es la forma primordial en que los padres deberían imitar al papá terrenal de Jesús, que era un ejemplo de moral tranquila como jefe de la Sagrada Familia”. 2. Amar a la esposa: “Para Mons. Charles Pope de Washington, “El primer regalo que todo padre puede dar a sus hijos es amar a su madre y a hacer cualquier sacrificio necesario para permanecer fiel a ella, aferrarse a ella y asegurarse de que el matrimonio es fuerte”. 3. Mantener las prioridades en orden: “San José puso su vocación de esposo y padre antes que su carrera”. Se le pidió huir a un país diferente, Egipto, con el fin de proteger a Jesús, dejándolo todo y no pensar: ¿Qué pasa con mi trabajo? ¿Y mi carrera? 4. Hacer la voluntad de Dios: “La importancia de vivir como Dios quiere es una necesidad para un padre también. San José obedeció tan pronto como él supo cuál era la voluntad del Señor sin dudarlo”. 5. Ser humilde: “La humildad de San José es también una lección para los papás. “Se disponía a cumplir con la Sagrada Familia con mucha humildad, sin buscar ningún tipo de compensación, y confiaba totalmente en la divina Providencia.” La comunicación de José se da a través de sueños, a través de los cuales el ángel del Señor le ordena lo que debe hacer Mt 1, 20-21; 2,13. El evangelio solo dedica a San José unas cuantas frases y no cita ni una sola palabra suya. Solo resalta su muy atractivo silencio y con esto basta para hacer un gran relato suyo. Ojalá imitemos a San José en el silencio, en la obediencia, en el ser justos y en saber escuchar y obedecer a Dios, haciéndonos dóciles instrumentos en sus manos. Dios los bendiga, Sady Pbro. |
KWMC
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