Desde mi nueva obediencia saludo con respeto, gratitud y cariño a la querida comunidad de San José y a toda la población de Del Rio. Todavía hay en mí sentimientos encontrados: de alegría por la cercanía de mi familia, de nostalgia por mi distanciamiento físico de sus finos corazones, de gratitud por la fe y el amor a Cristo y a la Iglesia expresado en muchos de ustedes a través de su cariño y apoyo a mi ministerio y a mi persona, de satisfacción por el granito de arena que con su valiosa ayuda pude poner en la construcción del Reino de Dios a través de la Iglesia que peregrina en medio de esos valles y breñas. El pasado 26 de enero, mi querido Obispo Diocesano me posesionó como Párroco de la comunidad parroquial de la Inmaculada Concepción, en Concepción –Santander- Colombia, municipio que cuenta con 7.133 habitantes: 2.508 viven en la zona urbana y 4.625 en la zona rural. Como nos podemos dar cuenta por los datos anteriores, la mayoría de los habitantes de Concepción viven en el sector rural, común denominador en nuestra Diócesis de Málaga – Soatá, en sus 31 parroquias, existentes en 26 municipios de los departamentos colombianos de Santander y Boyacá. También en esta querida comunidad parroquial de la Inmaculada Concepción existe la comunidad indígena de los Uwas; única comunidad indígena existente en nuestra Diócesis. En el mismo municipio en sus 686 km² encontramos diferentes pisos térmicos con variedad de climas, cultivos y paisajes. El día de mi posesión pastoral en esta querida comunidad, dirigí unas palabras que deseo recordarlas todos los días para servir con amor a mi pueblo y que a continuación transcribo dos fragmentos: “con fe, esperanza y alegría, inicio mi ministerio sacerdotal entre ustedes, implorando el auxilio del Señor que me ha enviado, y sabiendo que mi tarea es la de acompañarlos en el camino de la fe. Plagiando con San Agustín, puedo decir: con ustedes soy cristiano, para ustedes soy su servidor. Quiero “recorrer el camino, acompañándolos en la carrera, para llegar a la meta y lograr la corona de la gloria” (Fl 3,14) que es nuestro Señor Jesucristo y la eternidad que Él nos tiene prometida. “En su nombre echaré las redes” (Lc 5,5). Me da alegría poder venir a servir pastoral y espiritualmente a mi pueblo, donde viví los primeros años de mi vida y donde sentí mi llamado vocacional en una casa humilde, en medio de un jardín donde mi madrecita Rosa Alcira (Q.E.P.D.) veneraba a San Martin de Porres en una pequeña gruta, de la cual yo decía que era mi Templo Parroquial. Pero El Buen Dios tenía su plan para mí. Como dice Jeremías (1, 4 - 6) “desde antes de formarme en el vientre de mi madre, ya me conocía y me había consagrado para ser profeta”.” Me siento muy contento en esta población, también esta comunidad tiene un amor profundo por la Eucaristía, hay varios apostolados y ministerios y la gente es muy amable y ferviente. Con la ayuda de Dios en cuaresma visitaré los 32 sectores rurales. A ustedes, la querida comunidad de Del Rio, siempre los recordaré con amor y gratitud. Muchas gracias, por el cariño, el apoyo y la aceptación amorosa de mi persona, con todas mis miserias y limitaciones. Cada vez me convenzo aún más que “El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables”. Procuré aprovechar el tiempo de mi estancia entre ustedes para ofrecerles mi solicitud pastoral y orar al Señor para que cada día sean más fuertes y grandes en la fe y para “que todos sean uno, para que el mundo crea”. Estarán siempre en mis oraciones. Por favor encomiéndeme en sus oraciones. Dios los bendiga, Sady Pbro. |
KWMC
|