![]() Con ocasión de la fiesta de las madres que celebramos en mayo y de los padres que celebramos en junio, pero que en realidad debemos celebrar todos los días, más que redactar un artículo al respecto, he querido tomar, por la extensión del mismo y por el espacio limitado en los artículos de prensa, unos fragmentos del hermoso poema: “HAGAME UNA CARTA”, de la poetisa costumbrista Norte-santandereana (Colombia), Ofelia Villamizar Buitrago. Ojalá los hijos reflexionemos sobre la grandeza de nuestros padres y todo el esfuerzo, cariño y cuidado que ellos nos ofrecieron y ofrecen día a día. ¿Cuál ha sido nuestra respuesta? ¿Hemos sido capaces de valorarlos y ser agradecidos? ¿Con cuanta frecuencia los visitamos o por lo menos les damos una llamada telefónica? ¿Nos hemos olvidado de ellos o los hemos tirado a un “nursing home”, para nunca más volver a verlos? ¿Si ya han salido de este mundo, nos acordamos de orar, ofrecer sacrificios y celebrar la Eucaristía por ellos? Quiera Dios que no estemos engrosando la lista de los cuatro hijos que “¡Son hombres de talla! Pero pobrecitos, son dignos de lástima....!”. Aquí les pongo unos pequeños fragmentos del hermoso poema: “Un viejo campesino de los nuestros, de esos cíclopes de grava, titanes de un siglo de dioses caídos, atlas que sostienen en hombros la patria. (Le dice a la trabajadora del correo): "Señorita" -roto su dique de angustia- la pregunta ansiosa de su boca escapa como torbellino: ¿"Pa” Olegario Montes, “haberá” una carta…? Ya sabe su historia, la ha contado a trozos semana a semana; cada vez que él viene, va dejando un poco de su propia vida vacía y amarga. Conoce el secreto de su hogar deshecho: cuatro hijos que fueron dejando la casa, la parcela alegre que les dio sus pechos de nodriza negra cariñosa y mansa. El mismo camino los llevó a los cuatro, la parvada alegre desplegó sus alas, más fueron ingratos y ninguno quiso volver a casa; ni mandar un mensaje a los viejos para que supieran de su estrella clara -un mensaje, un mensaje que hubiera tornado su tarde en mañana-. Y la soleada casa en que nacieron se volvió una tumba ruinosa y opaca, a la pobre vieja la embrujó la pena y hoy frente a la muerte vacilante llama. El rostro del viejo se surcó de brechas, se le blanqueó la cabeza y la barba para darles lo que él nunca tuvo, para izar el pendón de su raza; “pa” que no siguieran pegados al surco, “pa” que fueran señores mañana... Y lo fueron: ganaron la cima. Dos se hicieron médicos y lo son de fama; de abogado hay uno que pica por lo alto y el otro es ingeniero. ¡Son hombres de talla! Pero pobrecitos, son dignos de lástima....! Se olvidaron del campo, su cuna, con esfuerzo digno de una buena causa. Se olvidaron del pobre labriego, de la pobre anciana desesperanzada. Pobrecitos hombres... son dignos de lástima....! "Señorita, “busté” que es tan “léida” hágame una carta que parezca que es hecha de ellos y “creiga” la vieja que ellos se la mandan. Yo solo, me aguanto, pero es que la “probe” ya “desta” no pasa, y yo quiero llevarle consuelo más que sea engañándola. Ya otras veces he hecho lo “mesmo” “pa'” que el abandono no me la matara, pero ora si muere y ésta ya es la última... que le diga qué… Que le diga que ellos tan muy “ocupaos” y que los perdone por tanta tardanza; que ya pronto vienen, que se ponga buena “pa” ellos llevarla; y endespués...."En océanos de llanto los ojos naufragan, y es estrecha la cárcel del pecho para esto que salta, que se anuda al cuello y que nadie, sabe si es músculo o alma”. Que al celebrar en estos meses las fiestas de la Madre y del Padre, recordemos con cariño a aquellos que hoy quizás ya se han hecho viejos, necios, arrugados, sordos y sin fuerzas, pero que se han gastado en procura que nosotros fuéramos lo que somos. También que nos acordemos que tenemos una Madre, a quien Jesucristo nos entregó junto a la cruz, a quien le debemos amor, gratitud, cariño, atención y respeto. Que no nos de vergüenza ni miedo decir que tenemos Madre. Felicidades a nuestros padres. Veneración y fervor a nuestra Madre la Santísima Virgen María. Dios los bendiga, Sady Pbro. |
KWMC
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