Las lecturas de la Biblia del tiempo de navidad nos ponen en el contexto de la espera de un ser que traerá la alegría al mundo y al corazón de los hombres. (Lc 2,10). El cántico que entonan los ángeles es una afirmación de que Dios viene en los que Dios se complace (Lc 2,14). En pocas palabras esta Navidad es un momento en el tiempo que Dios nos da para volvernos a El. Dice este texto de las Escrituras que los pastores inmediatamente se dirigieron a Belén (Lc 2,15). Cada vez que celebramos la navidad recordamos aquellas palabras que los ángeles dijeron a los pastores sobre Jesús en Belén. Este tiempo es para recordar la llamada de Dios a todos de seguir a Jesús. Las múltiples ocupaciones de la vida no pueden opacar este momento grande de encuentro con Dios. Enciende luces, disfruta tu familia y ora para que el Señor te tenga entre sus elegidos. Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres objeto de la bondad de Dios (Lc 2,14). Este tiempo de la navidad es caminar buscando a Dios. Los pastores una vez escucharon las palabras angélicas se dirigieron a confirmar el mensaje sagrado de los ángeles: Les ha nacido, en la ciudad de David, un salvador que, es el Cristo Señor (Lc 2,11). Los pastores fueron en búsqueda del Mesías esperado por siglos. El lugar de aquel encuentro se llama Belén. Belén significa “Casa del Pan”. El lugar del nacimiento y Jesús mismo se confunden para darnos un mensaje nuevo. Los pastores saciaron su sed de comida al encontrar al niño Dios. Jesús mismo lo dijo: Yo Soy el Pan de la Vida (Jn 6,34). Belén siempre será nuestra última meta en esta tierra. Encontrar a Jesus es la transformación más grande que nos puede pasar a todos. Esperar su venida en esta Navidad es celebrar un momento grande en la historia. Nosotros hemos encontrado al Mesías. Todos los que celebramos esta navidad con esta esperanza reavivamos nuestra confianza en Dios. Nuestras ansias mas grandes quedan colmadas porque Dios no se deja vencer en dadivosidad y bendiciones. Qué es? Como se entiende? Que es un Dogma? Estas son las razones que me llevaron a escribir sobre este fascinante tema de la Inmaculada Concepción. Espero que hayan tenido una excelente celebración de Acción de Gracias con amigos, familiares y conocidos. La Inmaculada Concepción de María significa la reiteración de una cosa que ya las Santas Escrituras afirman de María. Cuando el ángel Gabriel se acerca a María le dice: Alégrate María, llena de Gracia!. Con esta afirmación la Iglesia concluyó que María no podía ser cualquiera mortal sino un ser especial con cualidades especiales. Estas cualidades tenían que ver directamente con la impecabilidad moral de María, es decir que María no podía pecar por una gracia especial concedida a ella cuando su alma fue creada en el vientre de Ana, su madre. Este es el misterio de la Inmaculada Concepción. No podemos confundir el misterio de la Inmaculada con la Virginidad de María, lo cual es otro Dogma que caería el mismo día de Navidad. Las razones para explicar la impecabilidad de maría se dan en razón de Jesucristo, el Hijo de Dios: Jesucristo no podía nacer del pecado. Por eso Dios dispuso la pureza de María, es decir una morada digna del Salvador Jesús. Muchas veces las Sagradas Escrituras afirman que Dios es un ser Santo, Santo, Santo, o sea perfecto en si mismo. Que no deja impune la maldad. Sean santos como mi padre Celestial es Santo. No hay un lugar que pueda contener la santidad de Dios. Así, de muchas maneras la Biblia atestigua la importancia de la santidad de Dios y de su morada. Así que María debía ser Santa e Inmaculada. Puesto que todas las creaturas estaban perdidas por el pecado era necesario que Dios, en razón de los méritos de Cristo y su salvación obrada en la cruz, preparara una digna morada para su Hijo. Y ahí está el misterio de La Inmaculada Concepción. Dios que es Santo ha preparado una morada Inmaculada, la Virgen María. Este misterio nos invita a contemplar a María como un receptáculo digno de toda alabanza y acción de gracias. Que Dios en María obró un milagro como la creación misma del Génesis; recreó en María la humanidad caída. Por eso María es tenida en tan alta estima porque es el único ser creado en el cual Dios encontró una digna morada. En cuanto a nosotros que celebramos este Dogma el 8 de diciembre nos recuerda que, a diferencia de María, experimentamos el pecado y estamos sometidos a la tentación. Esta solemnidad nos enseña que debemos buscar la santidad para llegar a la estatura de Jesucristo en María. Por eso la tenemos a ella para que interceda por nosotros; ella que ya llegó a los cielos y goza ya de la eterna presencia del Hijo. Ella es auxiliadora y abogada nuestra. Desde una perspectiva cristiana podemos concebir el origen de la acción de gracias como un gesto descendente, es decir que viene de una autoridad superior hacia nosotros; el deseo de Dios de salvar el mundo conllevó el acto grande y maravilloso de mandar al Hijo Unico al mundo para realizar la acción de Gracias por excelencia. San Pablo a los Romanos sumariza de manera sublime aquel acto divino. “…la justicia de Dios se ha manifestado…; todos pecaron y están privados de la obra de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada por Cristo” (Rom 3,21-25). Este acto maravilloso de Dios es el origen de toda verdadera acción de gracias para un creyente. Sentirnos elevados por la ternura de Dios a un nuevo estado es ya de por si una suficiente razón para exultar en gozo y acción de gracias. Así nuestra actitud hace Dios es una continua acción de gracias. Muchos pasajes en las Escrituras hablas múltiples veces de cómo los que experimentaban la acción salvadora de Dios le agradecían con palabras hermosas y sobrecogedoras. Uno de esos episodios mas elocuentes lo encontramos en el pasaje de Lucas. La Virgen María, habiendo recibido la misión divina de ser la Madre del Salvador, canta el maravilloso canto del Magníficat (Lc 1,46ss). Una predecesora suya en el Antiguo Testamento, Ana, también lo hace con similares palabras (I Sam 2,1ss). En este tiempo de la Nueva Alianza en Jesucristo también damos gracias por la obra maravillosa de la creación. En este caso la Acción de Gracias que celebramos en este mes tiene raíces profundas en este sentido. Los peregrinos y los indígenas dieron gracias por la creación que juntos compartían. Dicho significado hunde sus raíces en tradiciones semejantes en las tierras europeas cuando los campesinos daban gracias a Dios por el fruto de una cosecha abundante. Recoger los frutos que Dios hizo fructíferos era razón suficiente para dar gracias. Nuestro país ha pasado del mundo agrícola al mundo industrializado; lo agrícola ha dado paso a la tecnología, pero igual todo conocimiento y progreso vienen unidos a la mente humana creadora y ésta a su vez viene de la mente sabia de Dios. Todos nosotros como la gran familia humana damos gracias a Dios por la creación, por el trabajo que santifica el mundo, por los bienes materiales y espirituales. La familia doméstica es la primera que debe dar gracias infinitas a Dios creador. En esta Acción de Gracias no olvidemos llevar lo mejor de nosotros a los encuentros familiares y sociales, pues ellos dicen mucho de lo que eres. No olvides agradecer a Dios por lo que tienes y dale gracias por lo que tendrás; pues el Señor abre los caminos del inocente y hace tropezar a los pecadores en sus iniquidades. P. Cesar A. Betancourt. Un Grito De Independencia Un grito se escucha en Ramá (Jer 31,15; Mt 2,13-18). Con estas palabras comienza uno de los oráculos el profeta Jeremías. El grito de desesperación de un pueblo oprimido que clama al cielo, por ayuda divina.
En todos los lugares y momentos de la historia se escuchan gritos de toda índole: algunos de esos gritos son los gritos de la victoria y alegría. No podemos dejar de lado el grito de alegría de los participantes de los Juegos Olímpicos de Rio; los atletas, nadadores, etc al levantar su anheladas preseas gritan de contento al ver confirmadas en aquel momento los numerosos días y horas de entrenamiento, y todos nos alegramos con ellos, máxime si con connacionales. Hay otros gritos de opresión o apabullamiento, y aún hay otros que brotan de momentos de desesperación y de deseo de sacudir el yugo del tirano. A éste último nos referimos en este opúsculo. Un grito ha resonado en los cuatro ángulos de la nueva España; un grito estentóreo se hace oír al otro lado del Atlántico; y como el resonar de un rio impetuoso, aquel deseo de libertad hoy celebramos como propio de los pueblos libres. El grito de Hidalgo es el grito de todo el pueblo mexicano que ansiaba libertad, y la bandera hoy enarbolamos como testimonio de aquella luz comenzada en Dolores. El grito del hombre de Dolores es la enseñanza bíblica misma del profeta, que en nombre de su Dios instaura libertad. La verdad os hará libres (Jn 8,31). Si queremos ser libres debemos vivir en la verdad. La libertad de México nació cuando se vio que era necesario reconstruir un pueblo en su integridad desde la verdad de su condición de pueblo oprimido. Al celebrar por estos días este acontecimiento no es de menos recordar que la construcción de la libertad es un proceso inacabado. Mas que nunca ahora cuando el oportunismo rampante en todos los ángulos violentan el sentir libre del pueblo de México. La libertad de estar en paz es deber nuestro conquistarla por todos los medios posibles y es deber del gobierno de garantizarla. La libertad de las familias destruidas a causa de ataques a la integridad de sus miembros y de la persona humana son en si deplorables, y deben llevarnos a gritar una vez mas como en Dolores. La libertad es sinónimo de orden. La corrupción y los índices de pobreza nos llevan a aquellos mismos días del cura Hidalgo y Costilla a levantar un grito por la justicia y el buen gobierno. Nada ha cambiado solo una bandera, un grito y un pueblo libre. Tenemos esperanza como la tuvo el pueblo de Dolores. Celebremos la libertad y luchemos por ella. La verdadera libertad consiste también en la verdadera sumisión al reino de Jesucristo y de la Virgen; bajo el estandarte de María de Guadalupe no arropamos y al grito de libertad venceremos. Es tiempo de volver a la escuela para muchos de nuestros hijos. El tiempo de las vacaciones se acerca a su final, y las tiendas se llenan de productos de toda clase; la compra de los cuadernos, colores, mochilas, maletines y demás útiles escolares están a la orden de todos. Ahora en nuestros tiempos los computadores y tabletas también hacen parte de las compras estudiantiles de comienzo de escuela. Las compras escolares son una experiencia maravillosa para compartir en familia y al mismo tiempo una oportunidad para mostrar a nuestros hijos cuan importante y valorada es la educación. La educación debe ser la preocupación mas importante para los padres después de la vida y la religión. Un padre que se aprecie de serlo debe preocuparse por hacer lo máximo que esté a su alcance para procurar la educación de sus hijos; no hay sacrificio grande cuando de la educación de los hijos se trata. La Palabra de Dios nos habla sobre la verdadera sabiduría que viene de los que siguel los caminos de Dios. “Hijo mío si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis mandatos, prestando tu oído a la sabiduría …entonces entenderás el temor del Señor” (Prov 2,1-2.5ª). Si bien es cierto que la educación en si misma no guarda al hombre del mal, ella si puede ayudar a reflexionar sobre valores mas elevados y transcendentales para la vida del hombre. Cuando nos preocupamos que nuestros semejantes se procuren una excelente educación elemental y secundaria o preparatoria estamos preparando las mentes de nuestros hijos para recibir una educación sólida en el colegio y la universidad, y al mismo tiempo a la verdadera piedad. El misterio de la piedad ha sido revelado en Cristo (I Tim 3,16). En pocas palabras toda sabiduría procede de Dios y uno se dispone o dispone a los hermanos a la sabiduría mediante una curiosidad siempre despierta; “si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas... la ciencia de Dios encontrarás” (Prov 2,3-4). Esta unida a la enseñanza de los mayores; “hijo mío si das acogida a mis palabras y guardas en tu memoria mis mandatos” (Prov 2, 1). Asi como muchos niños y jóvenes regresan a las labores estudiantiles después del verano, asi también muchos niños vuelven a las clases de preparación religiosa y moral en sus comunidades. Allí hago un llamado a todos los padres de familia a dar lo mejor para que este corto proceso de crecimiento en la fe de sus hijos sea asimilado lo mejor posible. “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma velara sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará, apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos” (Prov 2,10-12) Una excelente educación y una excelente formación del espíritu son pilares de la auténtica persona sabia e inteligente de Dios. Animo padres, hermanos y amigos! El sol ardiente del verano se siente con mayor intensidad en estos días a medida que la estación estival hace sentir su presencia. Ahora que muchas obligaciones familiares y laborales dan paso a múltiples ocasiones para disfrutar este hermoso tiempo, me permito desglosar algunas que por su especial importancia nos pueden ayudar a disfrutarla aún mas: Las Sagradas Escrituras hablan en múltiples ocasiones del sol; el sol que gobierna el día (Sal 136,7ss;); brillará el sol de justicia (Mal 3,20); es aún mas diciente el pasaje de San Lucas; “Harán que nos visite una Luz de la Altura, a fin de iluminar a los que se hallan sentados en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lucas 1,78ss). El verano es una gran oportunidad que Dios nos da para aprovecharlo lo mejor posible. El drama humano requiere sus momentos de sosiego y descanso y que mejor momento que este tiempo del verano. Son muchas las actividades de esparcimiento que podemos realizar para sacar el máximo provecho a estos días soleados. El primero y mas importante es la santificación del mismo tiempo con la asistencia a los servicios sagrados del Domingo en familia. Pedimos al Señor que su luz ilumine nuestros caminos (Sal 119,105). Con este paso particular santificamos todas nuestras obras y hacemos posible la acción de Dios en nosotros (Ex 33,15). La contemplación de la creación en el esparcimiento es algo que debemos considerar en este tiempo; algunos días o un día de campo (picnic) en algún lugar apartado bien sea en familia o en solitario pueden también ayudar a aprovechar este tiempo de estío. Con ello se busca retraerse de aquellos momentos ajetreados en que deseamos un momento de quietud. La luna y las estrellas, astros que las luces de neón y las carteleras de luz impiden que veamos en las noches cansadas, se desvelan en su belleza cuando con atención las miras (Sal 8). Visitar un hermoso paraje es otra manera de aprovechar este tiempo. Pienso por ejemplo en la hidroeléctrica que esta a algunas millas del pueblo; ir y contemplar la creación allí contenida es mas que hipnotizante. La fuerza de la creación nos habla de Dios. Por las creaturas conocemos al creador (Rm 1,20). Nuestros hijos también pueden beneficiarse de este esparcimiento y cambio de ambiente. Les puede traer nuevas experiencias y también aprenderían a pasarla bien sanamente. Si somos los primeros educadores de nuestros hijos es interesante pensar que todo esto les ayuda a crecer humanamente felices. Finalmente, y si lo que busca es un ambiente religioso donde sus hijos o ustedes puedan crecer en la vida de fe nuestras parroquias de Del Rio ofrecen programas de verano con un énfasis mas que catequético religioso. En estos momentos cuando estamos inundados con muchas luces, bueno sería que una luz como la de Dios fuera la Luz Suprema que alumbrara nuestras vidas. Yo Soy la Luz del Mundo (Jn 8,12). Felicidades |
KWMC
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