Es tiempo de volver a la escuela para muchos de nuestros hijos. El tiempo de las vacaciones se acerca a su final, y las tiendas se llenan de productos de toda clase; la compra de los cuadernos, colores, mochilas, maletines y demás útiles escolares están a la orden de todos. Ahora en nuestros tiempos los computadores y tabletas también hacen parte de las compras estudiantiles de comienzo de escuela. Las compras escolares son una experiencia maravillosa para compartir en familia y al mismo tiempo una oportunidad para mostrar a nuestros hijos cuan importante y valorada es la educación. La educación debe ser la preocupación mas importante para los padres después de la vida y la religión. Un padre que se aprecie de serlo debe preocuparse por hacer lo máximo que esté a su alcance para procurar la educación de sus hijos; no hay sacrificio grande cuando de la educación de los hijos se trata. La Palabra de Dios nos habla sobre la verdadera sabiduría que viene de los que siguel los caminos de Dios. “Hijo mío si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis mandatos, prestando tu oído a la sabiduría …entonces entenderás el temor del Señor” (Prov 2,1-2.5ª). Si bien es cierto que la educación en si misma no guarda al hombre del mal, ella si puede ayudar a reflexionar sobre valores mas elevados y transcendentales para la vida del hombre. Cuando nos preocupamos que nuestros semejantes se procuren una excelente educación elemental y secundaria o preparatoria estamos preparando las mentes de nuestros hijos para recibir una educación sólida en el colegio y la universidad, y al mismo tiempo a la verdadera piedad. El misterio de la piedad ha sido revelado en Cristo (I Tim 3,16). En pocas palabras toda sabiduría procede de Dios y uno se dispone o dispone a los hermanos a la sabiduría mediante una curiosidad siempre despierta; “si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas... la ciencia de Dios encontrarás” (Prov 2,3-4). Esta unida a la enseñanza de los mayores; “hijo mío si das acogida a mis palabras y guardas en tu memoria mis mandatos” (Prov 2, 1). Asi como muchos niños y jóvenes regresan a las labores estudiantiles después del verano, asi también muchos niños vuelven a las clases de preparación religiosa y moral en sus comunidades. Allí hago un llamado a todos los padres de familia a dar lo mejor para que este corto proceso de crecimiento en la fe de sus hijos sea asimilado lo mejor posible. “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma velara sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará, apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos” (Prov 2,10-12) Una excelente educación y una excelente formación del espíritu son pilares de la auténtica persona sabia e inteligente de Dios. Animo padres, hermanos y amigos! |
KWMC
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