![]() La sociedad actual nos invita de una y de otra manera a dar pasos agigantados hacia la eliminación de la familia y quiere desconocer el rol del padre en la noble misión de formar integralmente a los hijos. Creyentes, no creyentes y todos los seres dotados de inteligencia debemos apelar a la coherencia para valorar la familia, el rol que tiene el padre y la madre, de acuerdo a la ley natural, cada uno en particular, no solo como instrumentos de procreación, sino como artesanos que crían, forman, tallan y entregan a la Iglesia y a la sociedad unas bellas obras de arte que con sus acciones, resultado de los valores que les forjaron en su hogar, harán más agradable el mundo en que vivimos. El padre y la madre son a la familia, lo que el agua es al pez. En el libro “el Dios de Jesucristo”, del Cardenal Ratzinger, dice: “La crisis de la paternidad que estamos viviendo hoy en día es un aspecto básico de la crisis que amenaza a la humanidad en su conjunto”. Si el mundo está herido y en crisis es porque la célula de la sociedad, la familia, está sangrando, está rota, la estamos matando. Los ataques al modelo de familia según la ley natural, el debilitamiento de la importancia del rol bien definido que tiene tanto el padre como la madre en el hogar y la carencia de un modelo de paternidad, es lo que está llevando a nuestra cultura a una crisis profunda y a su desmoronamiento. Tú y yo debemos dolernos de la familia y de la sociedad; salgamos a su paso, curémosla, hagamos buen uso de la prudencia, el amor, la verdadera libertad y la responsabilidad. Querido papá, te invito a que adviertas qué grande e importante es la figura paterna en la vida de los nuevos seres que empiezan a crecer. No es suficiente con proveer y visitar, ni siquiera se es verdadero padre solo por engendrar; es urgente y vital el estar, amar, corregir, moldear, pulir, acariciar, proteger, servir de espejo y enseñar a volar. Un buen padre ayuda a sus hijos varones a encontrar su identidad masculina. La madre es muy importante, pero no menos el padre, cada uno según su rol juega un papel importante y fundamental. A este respecto el cardenal Antonio Cannizares Llovera, refiriéndose a San José nos dice: “A él (José) se debe el honor y la gloria del crecimiento de Jesús, es decir, la alimentación y la enseñanza, que lo llevó por los caminos de la vida, para que pudiera aprender a ser un hombre, aprender a trabajar como un hombre, a amar como un hombre, con el corazón de un hombre, para que pudiera caber en una historia y una tradición auténtica, la de las personas elegidas y amadas de Dios”. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6, 4) También el Padre Dominic De Dominico, OP. Nos dice: “Dado que, sin matrimonio, el niño tiende a quedarse con sólo la madre, la idea del padre es débil en la mente del niño, e incluso puede ser una causa de amargura y tristeza. Esto, a su vez, hace que sea muy difícil acercarse a Dios como padre. Por otra parte, en esta situación los chicos no tienen modelo a seguir, y, así, no tienen la menor idea de lo que significa ser un hombre”. En el libro de los Proverbios encontramos que para poder dirigir a los demás es necesario adquirir la sabiduría que procede del saber escuchar. Para que el padre de familia pueda orientar a sus hijos y ser escuchado, primero debe saber escuchar al Señor y hacer su voluntad. “Que el sabio escuche y ganará en saber; el hombre inteligente sabrá dirigir a los demás” (Proverbios 1, 5). Para concluir, es necesario enfatizar que la figura del padre en la vida familiar no ha pasado de moda, por el contrario, ahora más que nunca cobra vigencia en cuanto que la sociedad está sumida en más problemas y confusiones y se requiere del modelo de familia auténtico y tradicional que nos ofrece la ley natural, para iluminar y volver a la realidad. Querido Papá, ten en cuenta estas cinco luces que te ayudarán a dejarle la mejor herencia a tus hijos: 1º. Recuerda que “La lógica del Evangelio no es la del mundo: la pequeñez es grandeza, el despojo es riqueza y el servicio es honor y dicha”. 2º. No olvides que el ejemplo ilumina más que mil palabras. 3º. “Es más grande tu vocación que tu profesión”. Haz una buena escala de valores: pon en primer lugar a Dios, en segundo lugar a tu familia y en tercer lugar tu trabajo. 4º. Tu deber no es ser buen amigo de tus hijos, tu gran deber es ser buen padre: ofréceles amor, sustento, educación, corrección, disciplina, tiempo y orientación. 5º. Enséñale a tu hijo a amar, amándolo: ama a tu esposa, perdona, se fiel y leal. Feliz día del padre. Bendiciones, Sady Pbro. |
KWMC
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